Tron Legacy ya en cines

Tron: El Legado, ya esta en miles de salas estadounidenses, tanto convencionales como 3D, con la esperanza de convertirse en la nueva saga mundial de esta generación. . Dirigida por Joseph Kosinski, la película es una continuación del clásico de culto, Tron, que nos sumerge en un mundo hostil de videojuegos. Es estelarizada por Garret Hedlund, Jeff Bridges, Olivia Wilde, Beau Garrett y cuenta con un score compuesto por Daft Punk y una aparición del dúo francés.
Tron Legacy es una aventura de alta tecnología en 3D que tiene lugar en un mundo digital que no se parece a nada jamás visto en la pantalla. Sam Flynn (Garrett Hedlund), un experto en tecnología de 27 años e hijo de Kevin Flynn (Jeff Bridges), investiga la desaparición de su padre y se encuentra metido en el mismo mundo de programas violentos y juegos de lucha donde su padre a estado viviendo los últimos 25 años. Junto a la leal confidente de Kevin, (Olivia Wilde), padre e hijo se embarcan en una aventura a vida o muerte a través de un cyber universo visualmente increíble que se ha hecho más avanzado… y mucho más peligroso.

Tron Legacy llega con la vitola de nueva revolución visual. Ciertamente su principal carta de presentación es el grafismo y todo lo relacionado con lo visual. Pero tampoco hay que desdeñar la banda sonora. Potente y bien coordinada con el metraje y los momentos más significativos de la película. Precisamente una banda sonora que sirve de perfecto apoyo para un guión que la necesita y mucho. Puesto que la historia de Tron Legacy no es precisamente uno de los puntos fuertes de la película.

Las comparaciones son odiosas. Y claro, pronto nos surgen las inevitables comparaciones entre ella y su secuela, Tron Legacy. El simplismo -obvio- de las líneas de la primera película, o la relativa coherencia entre el planteamiento del argumento y el desarrollo visual cocan con la nueva película. Tron Legacy es una película interesante. Sin duda que el portento visual que se anunciaba, tan hipnotizante como uno pueda querer. Totalmente recomendable, o mejor dicho, imprescindible el verla en el formato tridimensional de rigor.