Llega una de las secuelas más esperadas de la factoría Disney Pixar. Rayo McQueen, el héroe automovilístico de los niños. Aunque tras su visionado la palabra decepción es la más recurrente en todo tipo de comentarios que queramos hacer sobre el filme en cuestión.
La estrella de las carreras de coches, Rayo McQueen (voz de Owen Wilson) y la incomparable grúa Mate (voz de Larry The Cable Guy) llevan su amistad a nuevos y emocionantes lugares en Cars 2 cuando se dirigen al extranjero para competir en el primer Campeonato Mundial para determinar el coche más rápido del mundo. Pero el camino hacia el campeonato está lleno de un montón de baches, desvíos y sorpresas hilarantes cuando Mate se ve atrapado en una aventura fascinante: el espionaje internacional. Dividido entre ayudar a Rayo McQueen en las carreras y su misión de espionaje de alto secreto, Mate se ve envuelto en un viaje repleto de acción que lo lleva a una persecución explosiva por las calles de Japón y Europa, seguido por sus amigos y vigilados por la mundo entero. Además de la velocidad hay un nuevo y colorido reparto que incluye agentes secretos, villanos amenazantes y nuevos competidores internacionales en las carreras.
Cars 2 flaquea en aspectos en los que rara vez Disney Pixar tropezaba. Como por ejemplo en contar con "alma". Sí, algo más allá de la avanzada técnica desarrollada por los animadores para el impacto visual tan buscado en los espectadores. Tal vez ahora esa técnica fue la fagocitadora del resto de facetas tan necesarias como apreciables en una película del género que nos ocupa. Más aún cuando tenemos aún muy vivo el recuerdo de grandes éxitos como Toy Story 3. En definitiva, una película que sin duda entretendrá a los más pequeños de la casa (listos para la nueva avalancha remasterizada de merchandising), y que tal vez deje algo indiferentes al resto.
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